Este es el segundo artículo dedicado al modo en que el empeoramiento del sistema de protección social estatal contribuye a que muchos españoles estén apostando de forma creciente hacia la contratación de seguros privados que les puedan proteger de las contingencias de la vida.
En otros artículos se analizó el modo en que el deterioro del sistema público de pensiones hace conveniente la contratación de productos de ahorro a largo plazo en la medida de lo posible.
Ahora, por un motivo similar, frente al empeoramiento del servicio público de salud como consecuencia de los recortes se está estimulando la contratación de seguros privados de salud.
En efecto, que la mayoría de los representantes políticos pretendan vendernos la moto de que los recortes sólo han servido para ganar en eficiencia sin que haya tenido un impacto en la calidad de servicios es simple y llanamente una tomadura de pelo.
En otras comunidades autónomas como Cataluña y Madrid, además, se da la paradoja de que dichos recortes van acompañados de desviaciones de fondos públicos a empresas de salud privadas. ¿Qué sentido tiene cerrar quirófanos y luego derivar a los pacientes a la privada porque no hay camas ni profesionales suficientes?
No pretendo abrir un debate sobre qué sistema es más eficiente: si el público o el privado puesto que hay muchos informes de expertos sobre ello.
Mi propósito aquí es explicar de forma argumentada porqué considero que es recomendable a día de hoy, y ante el panorama que se presenta a corto y medio plazo, la contratación de seguros privados de salud en toda España en general y, en Cataluña de forma especialmente acuciante.
En efecto, el escenario en los próximos años no parece que vaya a mejorar, sino todo lo contrario por:
- Con probabilidad en los próximos años se va a tener que continuar recortando los presupuestos públicos porque todavía hay que disminuir el déficit un 40% hasta alcanzar el umbral estipulado por la UE (un 5,2 actual frente al 3% de Maastrich).
- España sigue endeudándose y, aunque lleguemos al tan deseado equilibrio presupuestario en uno o dos años, no sólo habrá que ir pagando los intereses de la deuda (miles de millones) sino que las cuentas públicas deberán empezar a desapalancarse (devolver parte del capital demandado).
- Los brotes verdes, a mi juicio, esta vez son reales y visibles (hay muchos indicadores que así lo indican) pero no van a ser lo suficientemente robustos para evitar más ajustes o para ahorrar recursos de otras partidas para destinarlas a la sanidad (prestación por desempleo, pensiones…).
Por todo esto, y por algunas otras cuestiones, es previsible que los presupuestos de sanidad se mantengan, en el mejor de los casos, en los niveles actuales, aunque lo más probable se vean reducidos todavía más.
Durante los últimos años, el gasto sanitario per cápita se ha reducido de media en España un 10,34%, siendo las más perjudicadas en términos relativos, Extremadura y Aragón.
Cataluña, por su parte destina un 34,87% de su presupuesto total a la sanidad, -4 puntos porcentuales respecto a 2011. Ahora bien, además de gastarse menos dinero, la reducción del gasto, tal y como se indicaba con anterioridad, no siempre ha ido a ganar eficiencia dado que, mientras la reducción global ha sido del -7,98%, el gasto sanitario per cápita, por ejemplo, ha sufrido un tijeretazo del -16% (-1.085,88 millones de €), situándose de este modo en la 6ª comunidad autónoma por la cola en gasto sanitario por habitante invirtiendo un 41,24% menos que el País Vaco (por habitante).
En consecuencia los recortes han acabado materializándose en el conjunto de España (salvo pocas excepciones) en:
- Una reducción del personal sanitario: menos médicos enfermer@s… No en vano el colegio profesional de enfermería estima que hay un déficit actual de al menos 140.000 de estos profesionales en la sanidad pública.
- Menos camas hospitalarias, menos quirófanos…
- Y un largo etcétera.
Al final, el ciudadano es muy consciente de que todo ello está redundando en un aumento espectacular de las listas de espera y, lo que quizás resulte más preocupante, en el mayor riesgo de ser objeto de una peor asistencia médica en consultas, operaciones y tratamientos.
Según declaraciones del actual Conseller de Salud: la cirugía no urgente acumulada e irresoluta es, desde el punto de vista asistencial, el agujero negro que pone en evidencia la dificultad con que se aguanta la estructura sanitaria catalana. Los 64 hospitales públicos de Cataluña acumulan en estos momentos una demora quirúrgica que afecta a 180.000 pacientes, de los que unos 79.000 aguardan una de las 14 intervenciones que habitualmente caracterizan las listas de espera (las que tienen garantizado un plazo máximo de retraso). Son 30.000 enfermos más que en el 2010, cuando la cirugía no urgente tenía a 150.000 pacientes en espera.
Ante esta realidad el 30% de los hogares (10 millones de españoles) tienen contratado al menos un seguro de salud, convirtiéndose en el 4º país europeo que más dinero destina a este tipo de pólizas (el 2,5% del PIB); y otro 15% tiene pensado hacerlo a corto plazo.
- La rapidez a la hora de ser atendido.
- No tener que sufrir las esperas de citación de la Seguridad Social.
- La posibilidad de elegir el especialista deseado.
- La tranquilidad y seguridad que aporta tener una cobertura sanitaria.
A la hora de elegir un seguro, muchos usuarios tienen en cuenta solamente el precio y, por eso, un segmento importante recurre a los comparadores de seguros online, no obstante es aconsejable acudir a un agente multimarca para ahorrarse sorpresas desagradables sobre las coberturas contratadas ya que, es en este capítulo donde el defensor del paciente y FACUA, por ejemplo, recibe más quejas:
- Desestimación de peticiones de asistencia aduciendo enfermedades previas cuando las aseguradoras no realizan siquiera reconocimientos médicos previos. Es aconsejable pedirlos.
- Trabas a la demanda de pruebas médicas que no son automáticas sino que necesitan previa autorización de la aseguradora. ¿Se imagina una operación sin anestesista? Pues esta es otra de las cuestiones habituales que genera conflictos: el rechazo de cobertura por falta de garantías contratadas.
- La espera para las pruebas diagnósticas y las urgencias también puede ser también un caballo de batalla.
En consecuencia, y ante un asunto tan delicado como la salud, dejarse asesorar por un experto en materia de seguros de salud sea una buena práctica porque te informará sobre los precios de los seguros con coberturas similares, que procedimientos son aconsejables hacer y, en caso de conflictos, tendrás en él un valioso aliado que pueda interceder por ti ante la compañía en cuestión. ¿Qué más se puede pedir?