En líneas generales los ciudadanos españoles estamos poco preparados ante los infortunios que nos puede deparar la vida, pese a que todos deseamos que no sucedan.
Seguramente en el ámbito de los seguros puede aplicarse aquél dicho militar de que “si quieres la paz prepárate para la guerra”; esto significa que, aunque todos deseamos no ser víctima de los varapalos de la vida, más vale curarse en salud y tratar de minimizar sus efectos; al menos en su dimensión económica.
Los factores que explican esta escasa propensión por parte de los españoles a contratar seguros privados, más allá de los obligados por ley (automóvil, hipotecas…) son:
- La escasa capacidad de ahorro de muchos de nosotros.
- Falta de percepción del riesgo (tal y como han demostrado muchos españoles al contratar hipotecas sin sopesar los peligros: paro, tipos de interés, cargas familiares…)
- Las coberturas público-estatales (Estado del bienestar) pero que actualmente se halla en una crisis profunda.
- La reticencia de los usuarios ante algunas malas prácticas de las compañías de seguros y la información excesivamente técnica y opaca de algunas pólizas: “las aseguradoras no pagan” “¿Esto no estaba cubierto? ¿No entra este supuesto?”…
No obstante, la existencia de estos y otros frenos a la contratación, no hacen menos necesaria la contratación de seguros no obligatorios en base a las prioridades y capacidades de cada uno.
Muchas veces la no contratación de seguros está más relacionada con el desconocimiento que con trabas económicas tal es el caso del SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL DIRECTIVOS destinado tanto a profesionales que ejercen funciones directivas o de gobierno, como a aquellos que desempeñan el cargo de administrador de una empresa. Este perfil abarca desde un director de una AMPA hasta un administrador de una gran multinacional.
Ello explica por qué este tipo de pólizas representaron solamente el 0,29% del gasto total de los españoles en seguros en 2013.
Los Seguros de Responsabilidad Civil Directivos permiten a estas personas cubrirse ante los riesgos derivados de sus funciones y proteger su patrimonio personal derivados de:
- Errores u omisiones por la gestión de la sociedad.
- Exposición de patrimonio.
- Daños económicos.
En muchas ocasiones los beneficiarios potenciales tienen una percepción distorsionada del coste-beneficio que reportan estos productos ya que, por ejemplo, en la actualidad existen seguros que permiten asegurar hasta medio millón de Euros por sólo 50€ al mes.
Ahora bien, cierto es que en el mercado existe una gran disparidad en cuanto a la oferta de este tipo de productos por lo que, a tenor de su complejidad técnica, cuesta discernir cuál de ellos es el mejor.
De hecho, actualmente un mismo Seguro de Responsabilidad Civil Directivos puede ofrecer una cobertura un 40% menor (300 mil €) a un precio un 40% mayor (1.000 €/anuales). En consecuencia, si uno no está seguro de conocer bien el mundo de los seguros y sus productos, la opción más inteligente no es vivir al margen, porque se deja de disfrutar de sus beneficios, sino consultar a un asesor o agente multimarca.
Los principales beneficios de un Seguro de Responsabilidad Civil Directivos son:
- Pago de indemnizaciones a terceros, protegiendo el patrimonio personal.
- Reembolso económico a la sociedad / empresa.
- Gastos de asesoramiento.
- Gastos legales de la defensa jurídica.
- Gastos de fianzas derivadas de reclamaciones cubiertas.
- Extensión de la cobertura a las filiales y a las sociedades participadas.
- Gastos de las campañas de comunicación para el restablecimiento de imagen.
- Multas por daños al medio ambiente.
- Gastos e indemnizaciones por disputas laborales.
- Sanciones administrativas.
- jubilaciones.
Obviamente, esta es la descripción genérica de este tipo de seguro. El Seguro de Responsabilidad Civil Directivos, como casi todas las pólizas, tienen un elevado grado de personalización dependiendo de las características de las personas, su presupuesto y las coberturas deseadas.
Al final, con un seguro de este tipo, un administrador, socio-director, gerente o similar de una empresa está comprando la tranquilidad de saber que su patrimonio está asegurado.
Sería paradójico por ejemplo que un profesional de estas características tuviera contratado por ejemplo un buen plan de pensiones y luego no pudiera disfrutar de él (y del resto de sus bienes) por un suceso fortuito, ¿no?