La campaña de Renta de 2015 está llegando a su fin aunque todavía quedan dos semanas de margen aproximadamente desde la fecha de publicación del presente artículos (hasta el 25 de junio en el caso de las domiciliaciones y el 30 de este mismo mes como fecha tope para la presentación de la documentación).
En consecuencia, estamos en disposición de hacer una valoración de la presente campaña y, en concreto, de los principales errores detectados por parte de los contribuyentes a la hora de hacer la declaración.
Posiblemente, algún lector de este artículo pueda estirarse de los pelos al descubrir que puede haber cometido alguno o varios de los errores que se describirán a continuación, sin tener la posibilidad de poder revertir la situación; al menos en el presente ejercicio.
Debe tenerse en cuenta que, en caso de darse cuenta de que se tenía derecho a una deducción, ésta no puede reclamarse mediante un procedimiento de anulación-presentación cuando, siendo la misma negativa, el importe a devolver haya sido abonado por la Agencia Tributaria.
- Aceptar el borrador de la declaración en la que seguro no estarán todas las deducciones a las que se tiene derecho.
Aceptar sin más el borrador que emite Hacienda, sin más, es un error porque existen muchas deducciones que pueden no estar contempladas en el mismo.
La estrategia de Hacienda es sencilla: “Vd. puede tener derecho a una o varias deducciones, pero puede darse la circunstancia de que no quiera disfrutar de ellas”.
En su día hubo un ejemplo paradigmático a propósito de la deducción por cuentas vivienda. Hacienda no incluía automáticamente esta deducción, sino que era el contribuyente el que tenía que incluirla.
Aunque las deducciones van cambiando con cada nueva reforma fiscal, la filosofía de la Agencia Tributaria de barrer para casa se mantiene.
- Presentar la declaración aunque no se esté obligado a presentarla.
Existen casos en los que nosotros los declarantes no tenemos la obligación de presentar la renta. Ahora bien, sólo conviene ejercer este derecho solamente en el supuesto de que la renta sea positiva (nos toque pagar).
Si por el contrario, la renta sale negativa (a devolver por parte de Hacienda), obviamente conviene hacerla.
Para saber a) si tenemos derecho a no hacer declaración y b) si nos conviene hacerla o no podemos optar por calcularlo nosotros mismos o acudir a algún asesor para ello.
- Hacer la declaración individual.
Este es uno de los errores más frecuentes y en los que los contribuyentes dejan de ahorrarse más dinero en términos de fiscalidad.
Para saber qué fórmula es más ventajosa deben calcularse las rentas por separado y contrastarlas con la declaración conjunta.
Es importante tener en cuenta que si uno de los miembros de la pareja contribuyente presenta la declaración de forma individualizada, el otro declarante ya no puede optar por la declaración conjunta; sino que se verá obligado a hacerla también de forma individualizada.
- Saber cuándo debe realizarse una declaración complementaria.
Este error no comporta desaprovechar una oportunidad de ahorro, sino que la penalización viene a través de la sanción que va acompañada esta infracción.
Es un caso muy común cuando un declarante ha recibido ingresos por parte por ejemplo del FOGASA (o cuando se trata de otros rendimientos) porque los declarantes suelen imputar esos ingresos en el ejercicio en el cual éstos son abonados; pero ello es incorrecto porque el reglamento dictamina que éstos deben declararse vía declaración complementaria.
De nuevo, si no se está seguro de si se tiene que realizar una declaración complementaria es aconsejable acudir a un asesor fiscal puesto que va a salir infinitamente más barato que pagar la sanción, aunque no se haya tenido la intención de incurrir en la infracción que la ha generado.
- Declarar más de la cuenta.
Aunque parezca mentira hay personas que, sin saberlo y de forma involuntaria, han acabado pagando más de lo debido (o recibiendo menos) al declarar más ingresos de los recibidos; por ejemplo por incluir nóminas, que por las razones que sean, un asalariado no haya percibido de su empresa.
Hay que poner especialmente atención en no cometer este error si recibimos un borrador de Hacienda y queremos aceptarlo.
La recomendación de acudir a un asesor es un consejo que queda avalado objetivamente por los datos internos que maneja Colell Assessors.
Por un lado, logramos que el 77% de nuestros clientes, con unos ingresos medios de 19.150€, tuvieran derecho a devolución en el ejercicio anterior y, del otro, se logró que dada uno de ellos recibiera de promedio una devolución por valor de 1.152,5€.
Un amigo mío solía decirme que en este país tendemos a ahorrar en el perejil refiriéndose en que, por ejemplo, cuando se hizo la terminal 4 del aeropuerto de Barajas-Adolfo Suárez, los usuarios no sabían dónde ir porque no se habían carteles informativos, ni podían reposar porque no se habían sillas no banco en los que aposentarse, porque no se habían puesto para ahorrar… Todo ello en una infraestructura de millones de Euros.
Con esta anécdota sólo quería ilustrar la posibilidad de que los particulares corremos el riesgo de dejar de:
- Maximizar las deducciones.
- Minimizar los pagos.
- Evitar sanciones a la hora de realizar nuestra declaración de la renta, por pretender ahorrar en el perejil; esto es, por querer ahorrarnos los honorarios de un gestor que nos asesore y se encargue de su tramitación.
Téngase en cuenta que no incluir una deducción por desconocimiento u olvido puede suponer tranquilamente un coste 10 veces superior al que conlleva contratar un asesor.
Así pues mi consejo no puede ser otro que el de intentar no ahorrar en el perejil. No merece la pena.
